Cuba abogó hoy en Naciones Unidas por eliminar la utilización del tema de los derechos humanos como un arma de ataque contra países soberanos y moneda de cambio para lograr su subordinación.
 
En un foro de la Tercera Comisión de la Asamblea General, la diplomática Vilma Thomas precisó que los desafíos existentes en materia de derechos humanos deben enfrentarse sobre la base de la cooperación internacional y el intercambio respetuoso.
 
De acuerdo con la funcionaria de la Cancillería de la isla, muchos de esos retos son comunes para los Estados, de cara al camino hacia una real promoción y protección de todos los derechos humanos para todos, lo que explica la importancia del trabajo coordinado.
 
A partir de las acusaciones realizadas por Estados Unidos contra Cuba en la sesión de hoy, Thomas afirmó que constituyen una clara muestra de posturas de las cuales urge alejarse, en aras de impulsar la cooperación internacional.
 
Se trata de intervenciones que constituyen un ejemplo del enfoque arrogante y de confrontación que en nada contribuye a la promoción y protección de los derechos humanos, dijo en alusión a las acusaciones de Washington a la mayor de las Antillas sobre supuestas detenciones arbitrarias y acoso policial.
 
La diplomática afirmó que la ejecutoria de su país en materia de derechos humanos desmiente cualquier manipulación.
 
‘En Cuba, contrariamente a lo que ocurre en Estados Unidos, no se reprimen manifestaciones recurriendo a gases lacrimógenos; la policía no aplica un patrón racista ni ejecuta extrajudicialmente a personas por el color de su piel o el nivel de sus ingresos económicos’, sentenció.
 
Asimismo, Thomas manifestó que en la isla no se abandona a su suerte a las personas sin hogar y no existen seres humanos sin garantía de atención médica plena.
 
En su discurso, reiteró la convocatoria de La Habana a poner al hombre en el centro del desarrollo, lo cual pasa por otorgar la visibilidad y la prioridad debidas a fenómenos como la extrema pobreza, al analfabetismo y la falta de acceso a la salud, la educación y la alimentación.
 
Todos estos problemas están agravados como consecuencia del injusto orden económico internacional imperante, denunció.