El hombre nuevo
تاريخ:
30/11/2006
مصدر:
Revista Casa de las Américas
المؤلف:
Entonces no se hablaba todavía del hombre nuevo. Porque, se me ocurre, si las cosas, para existir necesitan ser nombradas, los conceptos, en Gambia, aun los más abstractos, deben de tener sus falces en la realidad.
Hundidos en el pasado, que al parecer jamás pasaba, concebíamos todavía el futuro, hasta que el hombre de la estrella en la frente veía que el futuro había comenzado y se fue a tratar de empezarlo en otros sitios.
Porque, tras haber esperado tanto, no era cuestión de esperar que naciera si no que, habiendo nacido, se formara en su propio molde, construyera poco a poco su propia estatua.
Comenzó cuando el pudo establecer la diferencia entre el apetito y el hambre, que es lo que había conocido, lo que lo llevó a pensar mas tarde que todos los niños tenían el derecho de comer.
Luego, entre millares de universitarios que en el mundo entero participan en las insurrecciones populares que jalonan la historia de la humanidad y, en nuestra América, luchan contra la tiranía sucesiva de gobernantes encomenderos y traficantes de esclavos, el logro conducir, a los 27 años, el asalto a cuarteles que defendían la corrupción y el gangsterismo en su país y, tras un largo recorrido par las prisiones, el exilio y la lucha armada, logro, con centenares de compañeros a su lado, la victoria cinco años, cinco meses y cinco días después del asalto del cual la Historia lo absolvió.
La Historia comenzó cuando en México (pasado mañana serán exactamente cincuenta años de esa heroica empresa), junto a 81 expedicionarios se embarco, sin pensar en los peligros de su aventura, en un yate viejo, llego a una costa cubana, y quince días después empezó la epopeya de Sierra Maestra cuyos combatientes entraron victoriosos en La Habana, tras la huida del dictador, dos años y 36 días después del desembarco.
El futuro estaba haciéndose en la Sierra, cuando, entre dos relojes que marcaban la hora de antes, entre dos disparos de fusil contra los defensores del pasado, concibió la Revolución coma el establecimiento de la soberanía de su patria, tras haber sido burdel y garito de la mafia yanqui; y la reforma agraria para que los labradores de la tierra volvieran, después de siglos, a ser dueños de su tierra; y la reforma urbana para que las casas fueran de quienes las habitan; y, en seguida, la educación gratuita de todos los niños de Cuba, la alfabetización de todos los viejos que no habían podido ir a la escuela, la atención medica gratuita para todos los habitantes de la isla, la cultura para todos ellos dentro de un proceso que jamás tendrá fin. Fue, y sigue siendo, Comandante en Jefe del ejercito de su pueblo, después Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, que proclamo ante el mundo el primer territorio libre de América y, luego, la República Socialista de Cuba. En cuanto a los demás, sin contar a los que cayeron en tantos actos de heroísmo y de construcción del porvenir, así coma a los que fueron abandonando la tarea en la que iban aprendiendo decencia, Silvio Rodríguez recordaba, hace algunos años, la pregunta de Bertolt Brecht: "¿A dónde fueron los albañiles la noche que terminaron la Muralla de China?".
De ahí que ya no se pudiera hablar en el aire de millones, de millares, de centenares: habían sido el y un grupo de revolucionarios que se extendió por toda la isla, que hicieron que el pueblo se encontrara a si mismo en el futuro, defendiéndose de todo tipo de agresiones: tras la derrota que la CIA y sus funcionarios militares sufrieron en Playa Girón, bloqueos y sabotajes económicos, repetidos intentos de asesinato a su líder máximo, mantenimiento de un refugio permanente y pagado para enemigos vencidos y cobardes, la invasión tenaz e inútil de la mentira por sus medios de comunicación, proyectos desvergonzados de nuevos ataques, esta vez dirigidos contra doce millones de "terroristas", todo ello urdido en el único imperio que subsiste, para indignación del planeta. De ahí que Cuba sea, desde hace 45 años, un ejemplo de dignidad y resistencia para el Tercer Mundo y, de hecho, para la mayor parte del Primer mundo también. Porque, como decía un cura no verdadero, que no dejó de serlo a pesar de vivir en Florida, "los mas esenciales derechos humanos se encuentran en la isla caribe coma en una nuez. Fundamentalmente son cuatro: salud, educación, alojamiento y nutrición. Luego, en mi opinión –añade- están la libertad de prensa y la libertad de expresión porque, indudablemente, que buenas son esas libertades cuando uno ya no esta enfermo, ni hambriento, ni ignorante, ni sin hogar".
Ese hombre nuevo, que en sus "Palabras a los intelectuales" proclamó "Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada", con lo cual hizo posible el magnifico arte contemporáneo de Cuba, del cual América se enorgullece y que ha enriquecido al de otros continentes -evoco, porque habrían podido estar con nosotros, como en otras ocasiones, a Nicolás Guillen, Alejo Carpentier, José Lezama Lima, Eliseo Diego, Wifredo Lam, Mariano Rodriguez, Rene Portocarrero ..., que con su obra, su comportamiento cívico y su amistad me ayudaron a seguir el camino correcto-; ese hombre nuevo, Fidel Castro Ruz, cumple hoy 80 años, tres meses y 17 días. Y hemos venido, casi de todo el mundo, en representación de nuestros pueblos, o sea casi de la humanidad entera, a celebrarlo en su país, en mi caso, gracias a la Fundación que perpetua el nombre y la obra de Guayasamín, tan hermano, mi hermano y de nuestro Comandante en Jefe que, cada vez que lo abrazo, siento, bajo los míos, los abrazos de Oswaldo estrechando su pecho. Yo vengo a agradecerle al Presidente Fidel Castro y a su pueblo el ejercicio de un socialismo nuevo, que muestra su hermosa concepción de la solidaridad con la ayuda de médicos y maestros a nuestros países, incluso a aquellos a los que les han impuesto un destino equivocado, y a agradecerles el milagro de haber vuelto presente el porvenir, aunque a algunos de nosotros no nos toque verlo dentro de nuestras fronteras. Pero espero, como Sandino, el precursor, que las hormiguitas bajen a contármelo.
Hundidos en el pasado, que al parecer jamás pasaba, concebíamos todavía el futuro, hasta que el hombre de la estrella en la frente veía que el futuro había comenzado y se fue a tratar de empezarlo en otros sitios.
Porque, tras haber esperado tanto, no era cuestión de esperar que naciera si no que, habiendo nacido, se formara en su propio molde, construyera poco a poco su propia estatua.
Comenzó cuando el pudo establecer la diferencia entre el apetito y el hambre, que es lo que había conocido, lo que lo llevó a pensar mas tarde que todos los niños tenían el derecho de comer.
Luego, entre millares de universitarios que en el mundo entero participan en las insurrecciones populares que jalonan la historia de la humanidad y, en nuestra América, luchan contra la tiranía sucesiva de gobernantes encomenderos y traficantes de esclavos, el logro conducir, a los 27 años, el asalto a cuarteles que defendían la corrupción y el gangsterismo en su país y, tras un largo recorrido par las prisiones, el exilio y la lucha armada, logro, con centenares de compañeros a su lado, la victoria cinco años, cinco meses y cinco días después del asalto del cual la Historia lo absolvió.
La Historia comenzó cuando en México (pasado mañana serán exactamente cincuenta años de esa heroica empresa), junto a 81 expedicionarios se embarco, sin pensar en los peligros de su aventura, en un yate viejo, llego a una costa cubana, y quince días después empezó la epopeya de Sierra Maestra cuyos combatientes entraron victoriosos en La Habana, tras la huida del dictador, dos años y 36 días después del desembarco.
El futuro estaba haciéndose en la Sierra, cuando, entre dos relojes que marcaban la hora de antes, entre dos disparos de fusil contra los defensores del pasado, concibió la Revolución coma el establecimiento de la soberanía de su patria, tras haber sido burdel y garito de la mafia yanqui; y la reforma agraria para que los labradores de la tierra volvieran, después de siglos, a ser dueños de su tierra; y la reforma urbana para que las casas fueran de quienes las habitan; y, en seguida, la educación gratuita de todos los niños de Cuba, la alfabetización de todos los viejos que no habían podido ir a la escuela, la atención medica gratuita para todos los habitantes de la isla, la cultura para todos ellos dentro de un proceso que jamás tendrá fin. Fue, y sigue siendo, Comandante en Jefe del ejercito de su pueblo, después Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, que proclamo ante el mundo el primer territorio libre de América y, luego, la República Socialista de Cuba. En cuanto a los demás, sin contar a los que cayeron en tantos actos de heroísmo y de construcción del porvenir, así coma a los que fueron abandonando la tarea en la que iban aprendiendo decencia, Silvio Rodríguez recordaba, hace algunos años, la pregunta de Bertolt Brecht: "¿A dónde fueron los albañiles la noche que terminaron la Muralla de China?".
De ahí que ya no se pudiera hablar en el aire de millones, de millares, de centenares: habían sido el y un grupo de revolucionarios que se extendió por toda la isla, que hicieron que el pueblo se encontrara a si mismo en el futuro, defendiéndose de todo tipo de agresiones: tras la derrota que la CIA y sus funcionarios militares sufrieron en Playa Girón, bloqueos y sabotajes económicos, repetidos intentos de asesinato a su líder máximo, mantenimiento de un refugio permanente y pagado para enemigos vencidos y cobardes, la invasión tenaz e inútil de la mentira por sus medios de comunicación, proyectos desvergonzados de nuevos ataques, esta vez dirigidos contra doce millones de "terroristas", todo ello urdido en el único imperio que subsiste, para indignación del planeta. De ahí que Cuba sea, desde hace 45 años, un ejemplo de dignidad y resistencia para el Tercer Mundo y, de hecho, para la mayor parte del Primer mundo también. Porque, como decía un cura no verdadero, que no dejó de serlo a pesar de vivir en Florida, "los mas esenciales derechos humanos se encuentran en la isla caribe coma en una nuez. Fundamentalmente son cuatro: salud, educación, alojamiento y nutrición. Luego, en mi opinión –añade- están la libertad de prensa y la libertad de expresión porque, indudablemente, que buenas son esas libertades cuando uno ya no esta enfermo, ni hambriento, ni ignorante, ni sin hogar".
Ese hombre nuevo, que en sus "Palabras a los intelectuales" proclamó "Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada", con lo cual hizo posible el magnifico arte contemporáneo de Cuba, del cual América se enorgullece y que ha enriquecido al de otros continentes -evoco, porque habrían podido estar con nosotros, como en otras ocasiones, a Nicolás Guillen, Alejo Carpentier, José Lezama Lima, Eliseo Diego, Wifredo Lam, Mariano Rodriguez, Rene Portocarrero ..., que con su obra, su comportamiento cívico y su amistad me ayudaron a seguir el camino correcto-; ese hombre nuevo, Fidel Castro Ruz, cumple hoy 80 años, tres meses y 17 días. Y hemos venido, casi de todo el mundo, en representación de nuestros pueblos, o sea casi de la humanidad entera, a celebrarlo en su país, en mi caso, gracias a la Fundación que perpetua el nombre y la obra de Guayasamín, tan hermano, mi hermano y de nuestro Comandante en Jefe que, cada vez que lo abrazo, siento, bajo los míos, los abrazos de Oswaldo estrechando su pecho. Yo vengo a agradecerle al Presidente Fidel Castro y a su pueblo el ejercicio de un socialismo nuevo, que muestra su hermosa concepción de la solidaridad con la ayuda de médicos y maestros a nuestros países, incluso a aquellos a los que les han impuesto un destino equivocado, y a agradecerles el milagro de haber vuelto presente el porvenir, aunque a algunos de nosotros no nos toque verlo dentro de nuestras fronteras. Pero espero, como Sandino, el precursor, que las hormiguitas bajen a contármelo.