Hasta allá, donde los estetoscopios parecen artefactos de otros mundos, un dolor de muelas es mortal, un esguince en un pie impide volver a caminar o una apendicitis es un «castigo divino»… llegan, como si fuesen sanadores milagrosos, los especialistas cubanos de la Salud.
 
Cual quijotes van también hasta los sitios donde los fenómenos naturales se han ensañado con los pueblos o donde el Ébola y la COVID-19 se han hecho sentir incontrolables.
 
A través de los cinco continentes, en más de 165 naciones, los internacionalistas de la Isla han hecho suyas las batallas de miles de hombres y mujeres contra la muerte. Cuentan, quienes les han acompañado, que pisan otras tierras sin más armas que una bandera cubana en las manos. La baten como si al hacerlo fuera en esos valientes la gallardía de un país entero.    
 
Para ellos no existen molinos imposibles de vencer. Ya sea en hospitales de campaña, en las casas de los habitantes de las comunidades, debajo de un árbol o en el medio mismo de la selva auxilian a cualquier paciente, sin importar raza, sexo, nacionalidad o posición económica.   
 
Desde que el 23 de mayo de 1963 partieron 55 médicos de la Mayor de las Antillas hacia Argelia para brindar su mano amiga, Cuba ha mantenido la voluntad de socorrer al país que la necesite.
 
La Operación Milagro, la Misión Barrio Adentro, Más Médicos, la Escuela Latinoamericana de Medicina donde se forman especialistas de la región, el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, y otros tantos proyectos, dan cuentas del humanismo latente en toda una nación.   
 
Nunca faltan la mano en el hombro para calmar la angustia y la incertidumbre ni las palabras de aliento para reconfortar ni la atención amable, familiar. Nuestros profesionales de la Salud, que ayudan a personas en cualquier paraje del mundo, por más recóndito que sea, son embajadores de los más humanos valores de Cuba.   
 
Con la certeza de que ser solidarios es la mejor forma de pagar nuestra deuda con la humanidad, cada 23 de mayo se celebra el Día de la colaboración médica cubana en el exterior.