Homenaje al Che en Santa Clara: Una luz 55 años después
El nicho que guarda los restos de Ernesto Che Guevara en Santa Clara tiene una estrella de luz reflejada en la piedra. Es un símbolo de permanencia y claridad, un destello que parece emular con la llama eterna que jamás abandona a los guerrilleros.
Dentro del mausoleo se respira la selva boliviana, resuenan los arroyos del monte, pervive la tierra y la madera sudamericana. Es un lugar pequeño, silencioso, impresionante. El nicho del Che sobresale, ubicado justo al centro de los otros dedicados a cada miembro de su guerrilla boliviana. A ninguno nunca les falta una flor.
La primera de esta mañana la colocó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Junto a él, familiares del guerrillero, así como por Roberto Morales Ojeda, secretario de Organización del Comité Central del PCC, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez y el Comandante del Ejército Rebelde José Ramón Machado Ventura. Se cumplen 55 años de la caída del héroe.
Cuando llegó Ramiro frente al rostro en piedra de mármol rojo, se cuadró como en los tiempos de la columna invasora, lo saludó en pose militar y se llevó el puño cerrado al corazón. Es el amigo que siempre vuelve, siempre el mismo homenaje de un hombre que tuvo a su cargo la misión de regresar a Cuba los restos de su antiguo jefe.
Fuera, en una plaza coronada por la figura del héroe con el brazo en cabestrillo, justo como lo vio Santa Clara durante la batalla por su liberación, esperaban más de dos mil personas para también rendirle tributo.